La autoestima es la valoración que cada persona hace de sí misma acerca de su valía. Esta valoración que hacemos de nosotr@s mism@s no siempre se ajusta a la realidad, en muchas ocasiones lo que los demás piensan de nosotr@s o mejor dicho lo que creemos que los demás piensan de nosotr@s va a distorsionar la percepción que tenemos de nosotro@s mism@s influyendo de manera directa en nuestra seguridad y confianza, en nuestro estado de ánimo y en nuestra propia escala de valores y toma de decisiones.
La autoestima se va fortaleciendo a lo largo de los años pero no es estable sino que fluctua a lo largo de un continuo de escala unidimensional considerándola positiva o negativa, alta o baja, adecuada o inadecuada, (...) siendo muchas veces muy frágil de mantener en equilibrio al estar siempre sujeta a la valoración continua de un@ mism@ y de los demás.
Es importante que nos valoremos tal y como somos, es importante conseguir que los demás nos aprecien por ser como somos.
Una autoestima sana implica una valoración objetiva y realista de nosotros mismos, aceptándonos tal como somos y desarrollando sentimientos positivos hacia nosotr@s.
Por otro lado, hay una falsa creencia que considera que tener una autoestima alta es sinónimo de prepotencia o egoísmo. Desterremos esa idea, no hay que confundir ego con autoestima. Alta autoestima es valoración y amor propio, no es exaltación del ego, es seguridad en sí mism@ y esto hay que trabajarlo desde el autocuidado y el respeto.
Cuando tenemos una alta autoestima nos sentimos valiosos, creemos en nosotr@s, nos gustamos y respetamos desde la seguridad, aceptándonos tal y como somos. Cuando la autoestima es baja sentimos que no valemos nada, estamos muy negativos, no tenemos ganas de hacer nada, nos aislamos, evitamos tomar la iniciativa o creemos que somos continuamente evaluados sintiéndonos por ello vulnerables.
El mejor camino para desarrollar una autoestima adecuada, sana, motivadora y estable es a través de la creación de un clima de relaciones personales donde la persona experimente seguridad, respeto, aceptación y libertad para actuar, donde pueda tener experiencias nuevas, sin la necesidad de tener que estar siempre complaciendo a los demás y sin temor equivocarse por su manera de actuar
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