La exclusión es un concepto multidimensional que va más allá de no tener recursos económicos. Cualquier persona en un momento dado puede verse inmersa a lo largo de su vida en una situación en la que la acumulación de problemas y dificultades le haga alejarse y desvincularse del espacio central de la sociedad, afectando de manera negativa a su propio desarrollo como individuo en el plano personal, social o económico.
No saber si puedes pagar el alquiler, no tener trabajo, estar en situación irregular, ser una persona migrante, haber salido de la cárcel, no tener un hogar, tener problemas de adicción, la precariedad laboral, sufrir violencia de género o tener una discapacidad física, sensorial o mental son algunas de las condiciones que incrementan el riesgo de caer en situación exclusión social.
Los resultados del VIII Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España publicados en junio de 2019, señalan que la exclusión social se enquista en la estructura social de nuestro país.
Hoy en día, el número de personas en exclusión social en España es de 8,5 millones,el 18,4% de la población, lo que supone 1,2 de millones más que en 2007 (antes de la crisis).
Las personas que viven con en una situación de desempleo persistente, precariedad laboral extrema o habitan una vivienda insegura e inadecuada, son un grupo especialmente vulnerable que acumulan problemas cotidianos que se les hacen montañas. Actualmente son 4,1 millones de personas en situación de exclusión social severa. Estos son los ciudadanos sobre los que se ensaña la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas.
Datos e información extraída del VIII Informe FOESSA.
Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada.
>>> Acceso al Resumen del Informe
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